Te escribí en noches entre copas y lunas nuevas,
te describí con palabras dulces tratando de llegar a tu imagen
te encontré en sus bordes, comas y puntos seguidos.
Nunca supe como el lápiz recordó tu nombre,
guardó tu silueta y corrió tras de ti
te dibujó con palabras mías, te recordó por mis pensamientos.
Tratando de bosquejar tus sueños, te dibujé perfecta para él.
Bajo un manto de nieve camina el poeta renunciando a su don
y ve correr al tiempo como ejecuta con precisión la cita fijada,
entre escombros yace la estrategia oscura de un lápiz roto
que retorna confeso y nervioso por romper su honor.
A través de él y sin darme cuenta le escribimos al mismo amor, al mismo adiós y al mismo papel...
jueves, 2 de junio de 2011
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