Es bonito despertar y ver como mi sobrino he decido acompañarme en mis sueños, es bonito levantarme y ver a mi familia en la mesa, mi padre leyendo el periódico en zapatillas y con sus lentes a la mitad de su nariz, gozo de mis mañanas con un cigarrillo en mis manos que me hace estar conciente de haber tenido desayuno, ver a mi perro desperezarse de su semana cautiva y correr.
Es bonito comer de lo que mi papá hace para mi madre, es bonito ver como mis sobrinos se convencen cada día más de que no hay mejor amor que el de una madre, correr, reír, inventarse juegos, escuchar la música de la voz de mi madre, leer el diario de los consejos de mi padre, quedarme solo.
Es bonito ver mi barba tan inmadura, dejar el corazón en 90 minutos de sudor amarillo, insultar, maldecir, gritar, celebrar, estar vivo. Es hermoso contar historias a tus princesas, ser enorme ante sus ojos, ser el hombre que idealizan.
Me conmueve el beso de mi padre al caer la noche, su tono fuerte y su palmada, su cana roja y al verme a la luz, llevar su sombra. Es bonito escuchar tu corazón, sin estar sobre ti, a un metro de distancia y a mil de tus sueños, lo dejas hablar, verte simple pero llena de detalles, compartir mis días, tus días y mis miedos.
Mis días están llenos de un universo de situaciones pero con un hipo creciente de felicidad.
Es bueno detenerse, dar gracias a Dios por todo esto y sonreír.
Es bonito comer de lo que mi papá hace para mi madre, es bonito ver como mis sobrinos se convencen cada día más de que no hay mejor amor que el de una madre, correr, reír, inventarse juegos, escuchar la música de la voz de mi madre, leer el diario de los consejos de mi padre, quedarme solo.
Es bonito ver mi barba tan inmadura, dejar el corazón en 90 minutos de sudor amarillo, insultar, maldecir, gritar, celebrar, estar vivo. Es hermoso contar historias a tus princesas, ser enorme ante sus ojos, ser el hombre que idealizan.
Me conmueve el beso de mi padre al caer la noche, su tono fuerte y su palmada, su cana roja y al verme a la luz, llevar su sombra. Es bonito escuchar tu corazón, sin estar sobre ti, a un metro de distancia y a mil de tus sueños, lo dejas hablar, verte simple pero llena de detalles, compartir mis días, tus días y mis miedos.
Mis días están llenos de un universo de situaciones pero con un hipo creciente de felicidad.
Es bueno detenerse, dar gracias a Dios por todo esto y sonreír.
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